Conversando sobre nuestros trabajos, el viernes 29 sobre las 20:18 (durante el «espacio de encuentro y de reflexión»).
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-H: “ Aprovecho este espacio de reflexión-conversación, aunque estemos solo en el medio del festival, para preguntaros: ¿Más que describir lo que está pasando, me estoy cuestionando sobre los hilos conductores que me podrían permitir sacar una historia de todo este esfuerzo común de concientización? ¿En otros términos, que queremos contar?….
-P: “En primer lugar, quiero decir que prefiero cuidar al uso de la palabra basura, simplemente porque la basura es algo que no existe físicamente. Es una etiqueta que se pone sobre lo que ya no vemos ninguna posibilidad de uso. Así que en el caso de Borobilbi, casi prefiero hablar de trabajo con materias primas.”
-E: “Sí. Entiendo mi proyecto Power Textil, que involucra la lana y la electrónica, como un trabajo de búsqueda de las posibilidades con materiales que ya están en algunas categorías, y con los cuales queremos hacer experimentos cuyo resultado no se puede preveer.”
-P: “Sí. En este sentido, me parece que el trabajo realizado durante el Lanathon ha estado rico y realmente ha empujado la exploración con una materia prima.”
-G: “A mi me interesa el enfoque que consiste en explicar nuestros procesos creativos de trabajo. Se diferencian mucho de los que yo aprendí en la escuela de diseño de moda por ejemplo, que nos preparaba claramente a moldear nuestras creaciones para entrar en los códigos y estándares de la industria de la moda: allí “crear algo” significaba ni más ni menos que responder a una necesidad, o aun peor crearla. Creo que allí en nuestra manera diferente de trabajar y de producir, hay algo interesante.”
-B: “Para mi la basura es comida. En todos los sentidos. Sea dentro de mi trabajo de re-creación con mobiliario, complementos, instalaciones, etc, con Recrea2, o cuando pienso en la infrahumanidad (que representa el 10 o 15% de la población mundial) que sobrevive de/con/en la basura.”
-P: “Cuando hago actividades con los compañeros de Basurama, lo que me motiva es difundir las prácticas y la ética de trabajo de las tecnologías libres, aplicándolas a la construcción con materias primas de objetos insólitos para el espacio público. Es una manera de concientizar que me gusta. Compartir recetas en abierto, invitar a la gente a contribuir a la documentación de un prototipo, a modificarlo, a mejorarlo, a apropiarse lo. En definitiva es para aprender en red. Así que, cuando pienso en los talleres que hacemos como los del hinchable con bolsas de plástico, pienso en el proyecto Arduino. Ahora me gustaría intentar seguir cambiando de escala, para ver lo que provoca. Creo que es bastante potente para llamar la atención y que, como dije, puede ayudar a difundir las prácticas de las tecnologías abiertas para la gente que quiere volver a usar espacios públicos por ejemplo.
Además de todo esto, creo que no hay que olvidar el rol del sector público. Veo reciclaje o ahora economía circular como los temas para que nosotros, los consumidores, continuemos consumiendo con más tranquilidad.”
-H: “Tirando sobre este hilo. He oído un discurso recurrente en algunos de los documentales del ciclo de cine (como Super Trash o Plastic Planet) que consiste en hablar a los consumidores con un tono que a mi me parece ansiógeno, como si de alguna manera fueron responsables de cambiar el problema de la salud pública generado por la industria del plástico, por ejemplo haciendo campañas de lobbies de consumidores sobre el sector público o cambiando su modo de consumo. ¿Pero aun imaginando que lo haríamos así, qué cambiaría en realidad? En mi opinión pocas cosas. Creo que el problema está más bien por el lado de la lógica productiva que alenta nuestro sistema económico: la industria no ve otra vía que, por un lado, intentar crear nuevos mercados -en un mundo donde ya no queda casi nada por abrir- para dar salida a sus productos que deben de producir en una escala cada vez mayor para ser rentables, y por otro lado, crear rentas enormes para proteger su inversión (con sus secretos industriales, sus patentes, haciendo lobbyismo sobre el estado para impedir a nuevos actores entrar en el mercado, o haciendo campañas de publicidad para desviar la atención de los consumidores por ejemplo). ¿Porque hablo de todo esto? Pues porque desde la reciente revolución informática, el mundo del software libre (con Linux por ejemplo, y muchos otros) ha demostrado que se podía salir de esta lógica rentista compartiendo el conocimiento en el dominio público. Así se crean productos cada vez más fiables, cada vez más eficientes, más modulares, y que se pueden usar a muy pequeñas escalas (¡a la escala de comunidad!),y así crear economías distribuidas centradas sobre el conocimiento. De hecho, la infraestructura del Internet está basada sobre estos softwares libres..¿qué mejor ejemplo? De esta forma,hoy en día un programador de software libre puede vender servicios de formación, de personalización o de mantenimiento técnico utilizando software libres gratuitos. Eso crea innovación exponencial y sostenibilidad, producible a nivel de la comunidad. En conclusión, me cuestiono sobre cómo se podría aplicar esta lógica a la de la fabricación con varios materiales de uso cotidiano: me parece que aquí, vuestro conocimiento profundo al respecto del trabajo con diferentes materiales podría tener un papel muy interesante.”
-B: “ A mi me sigue gustando la palabra basura. Creo que es un tema que contagia. Lo veo regularmente alrededor de mi. Me ha pasado varias veces ver un vecino, un familiar, o simplemente alguien que me ha visto reparar o fabricar algo involucrando basura recuperada en varios sitios me venga a preguntarme qué es lo que hago, o aun como lo hago para hacerlo él mismo. ¡Eso a mi me parece algo que tiene valor!
¡Aupa al concierto de Katxarrismos! Eso es un buen ejemplo también, dentro del festival,que ha creado mucho interés de parte de la gente que vino a escuchar, a ver, a tocar las guitarras, a participar al concierto. Y no solo esto, hubo la visita de las lonjas también: encantó y sorprendió mucho a la gente que participó. Y el día después se acercó el barrendero y me preguntó cosas sobre el taller que hacíamos con mucha curiosidad.
Todo eso ocurre a un nivel muy cercano. ”
-T: “Creo que aquí en Borobilbi, no estamos trabajando con toneladas, sino con otras cosas, en otro plano: con un valor simbólico. En esto trabajamos y creo que no debemos de olvidarlo!”
-B:”Sí. Cuando me refiero a los niveles, me refiero a lo que me apetece hacer. Cada vez que se organiza a niveles más grandes (como la organización de este festival por ejemplo), eso implica que yo no puedo hacer mis cosas propias y compartirlas.
Esa pregunta de niveles y escalas, nos la preguntamos en Recrea2 con mi compañera. De hecho, un día decidimos probar y producir como una cadena de producción industrial en nuestro propio taller. Así, para ver. Dividimos la producción de algunos objetos en varias tareas pequeñas, muchas tareas tuvimos que simplificarlas, y nos cronometramos a lo largo de esa micro-producción industrial. ¡Esa simplificación hasta el límite nos aburrió tanto! Nuestro trabajo perdía todo su sabor en este modo industrial, así que dejamos este experimento poco tiempo después…
Bueno, y para volver a la pregunta sobre nuestro relato común. ¿Por qué nos juntamos en primer lugar? Pues porque tenemos una sensibilidad común. Veo Borobilbi como una plataforma que podamos usar para alcanzar más fácilmente a más gente con quién queremos compartir para seguir contagiando. Creo que eso abre mundos.”
-G: ¿Entonces, qué tipos de apoyo,de recursos, puede haber entre gente que comparte la misma sensibilidad?”
-…”
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