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Capítulo anterior:
Yayoi Kusama I. La Princesa de los Lunares. O un Jardín Japonés Por A. G. Abella
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Exposición de Yayoi Kusama en el Whitney Museum of American Art, New York, (julio-septiembre, 2012) / © Kyle Chayka – blouinartinfo
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Un jardín japonés reproduce su geografía y contiene una visión sintoísta del cosmos: Un gran vacío (el mar) que se llena con objetos (las islas).
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1957 El trasplante
Viaje a Estados Unidos atravesando el Océano Pacífico
“Aterricé en Estados Unidos el 18 de noviembre de 1957. Al igual que otros de mi generación que crecimos durante la Guerra del Pacífico yo no había estudiado nada de inglés en la escuela; sin embargo no sentía temor alguno en mi primer viaje al extranjero…. En aquellos días todavía había límites en la cantidad de divisas que podía sacar del país, por lo tanto, decidí llevar sesenta kimonos de seda y dos mil dibujos y pinturas. Mi plan era sobrevivir mediante su venta.
Para ayudar a los gastos de viaje cambié un millón de yenes a dólares ($2.700 ). Esto era, por supuesto, en contra de la ley. En aquellos días, un millón de yenes era suficiente dinero para construir varias casas(en Japón).
Saqué ilegalmente esos pocos miles de dólares fuera del país cosiendo los billetes en los forros de mi ropa y en el fondo de mis zapatos”
Yayoi Kusama, “Pacific Ocean”, 1960 (detalle), perteneciente a las ‘Infinity Net Paintings’, óleo sobre lienzo / Yayoi Kusama – Whitney Museum of American Art
En junio de 1958, después de unos meses de estancia en Seattle, Kusama llega a Nueva York para entregarse a trabajar de lleno en una serie de lienzos hoy conocidos como ‘Infinity Nets’ (Redes sin fin). Son grandes pinturas al óleo, casi todas horizontales, cubiertas por pequeños arcos blancos, que ella llamaba “net” o “netto” en japonés, gestos que repite y superpone en forma de red sobre un fondo negro que termina con un lavado blanco. Son, en realidad, la evolución de un grupo de acuarelas más pequeñas de finales del 58, tituladas ‘Pacific Ocean‘, que durante 1959 amplía y traslada a la tela.
En octubre de ese año muestra cinco de ellas, con gran éxito, en una de las galerías de la calle 10 (*), la Brata Gallery.
Enseguida se abre paso hacia una segunda exposición individual -septiembre de 1960 a mayo de 1961-, ahora en una galería más comercial, la de Stephen Radich (**) en la Madison Avenue. Una de las obras que presenta es tan grande, más de 10 metros de largo, que tiene que ser troceada en piezas más pequeñas antes de que se pueda montar en el interior, y otra, la ‘Infinity net drawing, Nº 2′ (182.88×274.32 cm ), fue adquirida por 200 dólares, a pagar en cuatro plazos, por el artista y entonces compañero de Kusama, Donald Judd. Esa misma pieza fue rematada 47 años después, por 5.792.000 dólares (4.256.511 euros) en Christie’s, noviembre de 2008, batiendo el récord jamás alcanzado por la obra de una mujer.
Kusama delante de su ‘Net painting’ de 10 metros de largo en la Stephen Radich Gallery, New York, en 1961 / Cortesía Ota Fine Arts, Tokyo – © Yayoi Kusama, Yayoi Kusama Studio Inc.
A partir de entonces Kusama firma, otoño invierno de 1961, un calendario agotador de exposiciones, individual en la Gres Gallery (Washington y Chicago) y colectivas en la Annual Whitney y los Carnegie International para artistas jóvenes.
Kusama empieza a ser reconocida en Nueva York por sus enormes lienzos, sus series que repiten los mismos o parecidos patrones monocromáticos, que por ahora son blancos (la espuma del mar, el océano), pero que luego darán paso a rojos, amarillos, verdes….
Trabaja entonces en sus composiciones inacabables que no atienden a leyes ni restricciones, sus redes se extienden sin límites por paredes y techos rodeando al espectador con lienzos llenos de pinceladas blancas sobre el fondo negro de la tela. El Océano Pacífico que vio Kusama en su viaje a 10.000 metros de altura, es interpretado a base de movimientos repetitivos de la muñeca y el pincel, impregnado en cientos de tubos de blanco de zinc, que esconden la oscuridad de un profundo vacío.
Viento y agua. Un océano de espuma infinita blanca.
Es la base sobre la que Kusama empieza a crear su propio mundo, un mundo nuevo. Sus visiones en la plantación de semillas del negocio familiar, en las que las plantas hablan o continúan repitiéndose sin fin hasta el infinito, las alucinaciones infantiles, van a ser el alimento de su inspiración, el cordón que la mantiene unida a su tierra, un lugar en el que sembrar y crecer. Por eso necesita primero un océano, infinito, una Infinity Net de más de 10 metros, sobre la que ir construyendo su propio jardín.
Un jardín japonés reproduce su geografía y contiene una visión sintoísta del cosmos: Un gran vacío (el mar) que se llena con objetos (las islas).
Kusama en su estudio de New York, c.1958–59 / Courtesy: Ota Fine Arts, Tokyo – © Yayoi Kusama, Yayoi Kusama Studio Inc.
Un clima adecuado
Lo que se está gestando en la recién bautizada ‘Meca de las Artes’ por el influyente crítico Clement Greenberg, el Nueva York de finales de los 50, es una manera de reinventar el arte de la extenuada Europa de la posguerra. Kusama, como otros artistas contemporáneos, viaja atraída por el nuevo centro del mundo del arte. Al escenario de la guerra fría posterior a la Segunda Guerra Mundial, con el pánico al holocausto nuclear generado por las bombas de Hiroshima y Nagasaki (a los supervivientes de las bombas se les llama hibakuska, los que han visto el infierno), Kusama llega como una superviviente más, y para ella, que soñaba con la fama y el triunfo, los Estados Unidos parecen contar con el sustrato adecuado para conseguirlo.
Yayoi Kusama, ‘Red Nets, No. 19’, 1960 (izquierda) y en su estudio con sus Red Nets en 1961 (derecha)
La estética original de la serie blanca “Infinity Nets” no sólo causó impresión dentro de los Estados Unidos sino que se ganó la atención al otro lado del Atlántico. Junto a Mark Rothko, Yayoi Kusama fue uno de los dos artistas invitados para representar a Estados Unidos (y la única japonesa) en la «Monochrome Malerei«, comisariada por Udo Kultermann en el Städtisches Museum Leverkusen en marzo de 1960, una gran exposición dedicada a la producción posterior a la Segunda Guerra Mundial, con obras de algunos de los más importantes artistas de la vanguardia europea del momento, Yves Klein, LucioFontana y Piero Manzoni.
Las sesiones de cuarenta o cincuenta horas de trabajo continuado, una costumbre de Kusama, suponen una producción de cientos de obras. No está en la naturaleza de Kusama ofrecer resultados en pequeñas dosis. En su práctica hay siempre una lucha constante por llenar el mundo, más, más… Series enteras, docenas de variaciones, Infinity Nets.
Izquierda: Yayoi Kusama, ‘No. Green Nº 1’, 1961. Oil on canvas, 177.8 x 124.8 cm / The Baltimore Museum of Art. Derecha: Yayoi Kusama, ‘Infinity Nets Yellow’, 1960. Oil on canvas, 240 x 294.6 cm / National Gallery of Art, Washington DC
Los 60. Reproducción, crecimiento
En 1960 Kusama empieza a introducir objetos de uso común en sus obras y a experimentar con técnicas mixtas. En las primeras de ellas cubre una pared con cartones de huevos, tinta china sumi y pasta de papel.
El año siguiente, como declaró en 1963 a la cadena WABC en una entrevista con Gordon Brown, Kusama produjo muchos collages utilizando como materiales sellos de correo y dólares de papel.
La repetición de objetos de uso común, una estrategia similar a la empleada por Andy Warhol, es tema de discusión sobre cual de los dos comenzó a dar los primeros pasos del Pop Art.
Kusama defiende ser la primera. En sus diarios registra, con fecha de septiembre de 1961, la primera muestra Pop, una colectiva para la Stephen Radich Gallery en la que participa, mientras que la serie Campbell’s Soup de Warhol se presenta en julio de 1962 en la Ferus Gallery, varios meses después.
“Los Estados Unidos ya se dirigían a la recesión. El presidente Kennedy había decretado sus reformas en el “New Frontier Spirit”, pero el coste de la guerra en Vietnam era muy caro y la economía del país se vio afectada por ella. El precio de los alimentos subió más y más en Nueva York (a diferencia de Matsumoto en la posguerra), de forma que se percibía ira y hostilidad en todas partes. Era una situación de gran tensión, que me causó una crisis nerviosa.
En comparación con Seattle, donde había estado viviendo hasta entonces, Nueva York era un infierno viviente. Mis días estaban dedicados exclusivamente a pintar y, en poco tiempo, acabé todos los dólares que tenía conmigo cayendo en un estado de extrema pobreza ….
Las ventanas del estudio estaban rotas, dormía sobre una puerta vieja que había encontrado en la calle cubierta con sólo una manta. Como el edificio estaba en un barrio de oficinas, después de las 6 de la tarde se apagaba la calefacción. El frío me llegaba a los huesos y los calambres del hambre no me dejaban dormir, así que no podía hacer otra cosa que estar de pie y pintar. No había otra manera de evitar el hambre y el frío”.
Pistilos, estambres, bulbos y más semillas
‘Acumulación Nº 1’ es la primera escultura de Kusama, una disciplina que va a seguir cultivando durante toda su carrera. Son piezas que realiza con recortes de tela rellenos de algodón, esculturas blandas con formas protuberantes, formas fálicas que recuerdan también a los estambres, los órganos florales reproductores masculinos que producen el polen. Un huerto de penes, según la descripción del crítico Seymour Krim, uno de los representantes del nuevo periodismo de los 60.
Yayoi Kusama, ‘Accumulation No. 1’, 1962. Tela cosida, pintura y restos de un sillón / The Museum of Modern Art, New York. Purchase – © 2012 Yayoi Kusama. Courtesy Yayoi Kusama Studio Inc.
De la retrospectiva en el Whitney Museum en 2012, ‘Accumulation No. 1’, detalle / Photo: openingceremony
Más series. Inevitablemente. Después de cubrir el primer sillón, Kusama viste muebles, ropa, zapatos, cochecitos de bebé … una propuesta que los críticos interpretaron como “expresión de furia feminista frente a la dominación masculina detentadora de los objetos cotidianos y de la vida”.
Y nuevamente se disputa la originalidad de la obra.
‘Acumulación Nº 1’ fue mostrada en la Green Galllery el mismo año de su creación, 1962, en la que se considera la primera exposición de arte Pop, una colectiva con James Rosenquist, George Segal , Andy Warhol y Claes Oldenburg (Claes Oldenburg: ‘Upside Down City’, 1962) que en ese momento vivía en el mismo edificio que Kusama y al que ella acusa de copia.
La obra fue adquirida por Beatrice Perry, propietaria de la Gres Gallery, una de las primeras defensoras y también compradora de Kusama.
Yayoi Kusama, ‘Accumulation No. 1’, escultura blanda exhibida en la exposición colectiva en la Green Gallery, New York, 1962 / © 2012 Yayoi Kusama. Courtesy Yayoi Kusama Studio Inc.
La rivalidad, la tensión y el exceso de trabajo, obsesionan a Kusama, que padece ideas paranoícas, sufre varias crisis nerviosas, y cierra con grandes cortinas los ventanales de su estudio de la Calle 19ª junto a la Park Avenue Street. Con una crisis de ansiedad, y un posible intento de suicidio, llega su primer ingreso en el St. Luke Hospital. Kusama estaba sedada todo el día, Doriden (meprobamato) y Miltown (glutetimida) la mantienen postrada en cama.
“Después de la hospitalización, pasé en la cama un mes, sufrí de naúseas, alucinaciones y un letargo que me hacía palpitar el corazón. Soñaba que decenas de tulipanes se multiplicaban mientras iban cubriendo el techo…. y todo el universo”
Y es así como aparece con su siguiente creación.
Gertrude Stein Gallery
En 1963, la Gertrude Stein Gallery inaugura, dentro de la colectiva ‘No Show’, el primer ambiente creado por Kusama, ‘Aggregation: One Thousand Boats Show’, una instalación que se extiende y ocupa todo el espacio de una de las salas. Un bote cubierto de protuberancias está situado en el centro de la habitación, paredes y techo empapelados con reproducciones del mismo motivo, el mismo cartel repetido 999 veces.
En 1966, Andy Warhol presenta en la galería de Leo Castelli, su ‘Cow Wallpaper‘, una idea muy similar que recuerda mucho al ‘Show Boat’.
Izquierda: Yayoi Kusama posa en la instalación ‘Aggregation: One Thousand Boats Show’, 1963, en la Gertrude Stein Gallery de New York / © Yayoi Kusama and © Yayoi Kusama Studios Inc.
Derecha: cartel de la exposición ‘No Show’/ retro.no-art
Espejos, espejos. Una reproducción sin límites. (Un huerto infinito en tres dimensiones)
“Obsesiones, falos, obsesiones, miedos, obsesiones… son los principales temas de mi obra.Acumulaciones de estrellas. El universo está construido de la acumulación de estrellas. Es como al ver las flores. Empiezo a ver las flores en todos lados y hay tantas que siento pánico”
Y aparecen los lunares. Por primera vez lunares rojos sobre cientos de esculturas blandas cosidas por Kusama cubren el suelo de una habitación rodeada de espejos que proyectan una visión ilimitada. Es el ‘Floor Show’ en la Castellane Gallery. Estamos en 1965.
Yayoi Kusama, ‘Infinity Mirror Room – Phalli’s Field’ (Floor Show), 1965. Tela rellena cosida, tablero, sala de espejos sin techo, 250 x 455 x 455 cm / R. Castellane Gallery, New York – Courtesy Yayoi Kusama
Nuevamente se anticipa a sus contemporáneos, en esta ocasión al ‘Mirrored Room‘ de Lucas Samaras.
Galería Castellane
Un año más tarde, 1966, presenta la ‘Peep Show’. Kusama sigue experimentando con el espacio, los límites, la visión infinita.
Richard Castellane, propietario de la galería, rememora así el espectáculo que se vivió en su establecimiento:
“… eliminaba la posibilidad de fijar la atención en un punto rompiendo los límites del espacio. Entre las exposiciones que organicé, la “Peep Show” fue la primera que lo consiguió. Podías asomar la cabeza por unas aperturas practicados en las paredes de una habitación octogonal completamente pintada de negro. En el techo instaló un sistema de luces que se encendían al ritmo de una máquina, brrrr, cada vez más y más rápido.
Hasta Kusama, muchos artistas a partir del Renacimiento han trabajando con la perspectiva y el infinito. Sin embargo, todo parecía una farsa porque, como espectador, sabías que lo que veías era una pintura dentro de un marco y que el artista podía estar jugando con el espacio, pero no te envolvía por completo, como en este caso”.
Y nuevamente, noviembre de 1966, entra en crisis. “He estado muy enferma” escribe a Lucy Lippard, la crítica de arte.
A pesar de que su habitación de espejos se viera meses antes que la de Lucas Samaras, y que críticos como Kim Levin reconociera su influencia, la obra de Kusama pasó desapercibida para los medios mientras la revista Artforum dedicaba 6 páginas a Samaras.
Bienal de Venecia, 1966
Yayoi Kusama en su ‘Narcissus Garden’, en la Bienal de Venecia de 1966 / Imagen por cortesía de Ota Fine Arts, Tokyo
En junio de 1966 se celebra la 33ª Bienal de Venecia, la más antigua exposición internacional de arte contemporáneo, la “Olimpiada del arte”, a la que acude Kusama como artista independiente. Se presenta con 1.500 bolas de acero, brillantes como espejos, que coloca sobre el césped, delante del Pabellón de Italia (Lucio Fontana había colaborado en su financiación) y ofrece sus bolas al público a dos dólares la pieza, con lo que pretende cuestionar la producción de objetos artísticos cuyo valor no es definido por la obra en sí, sino por los coleccionistas, los críticos, los distribuidores… enredados, según Kusama, en todo un sistema político-comercial. La organización entiende que vender arte en un tenderete, como si fueran helados o perritos calientes, resulta intolerable y procede a su expulsión inmediata.
Años después, diferentes versiones de su ‘Narcissus Garden’ forman parte de exposiciones en museos y espacios públicos y privados de Alemania, Estados Unidos, Francia, Inglaterra….
Kusama, ‘Narcissus Garden’, 1966. Grupo de 500 esferas de acero inoxidable, 30 cm de diámetro cada una / Presentada por Victoria Miro en la FIAC! de 2010, en el estanque del Jardin des Tuileries, Paris
No es casual el nombre elegido, Narcissus Garden tiene su historia.
La Bienal de Venecia de 1964, dos años antes del evento de Kusama, otorga su gran premio, no sin polémica, al pintor estadounidense Robert Rauschenberg para subrayar el advenimiento del Pop Art y el cambio en el equilibrio geográfico de la investigación pictórica. El poder artístico se traslada definitivamente de París a New York, de Europa a los Estados Unidos.
Vistas de la instalación ‘ The New American Art’ en el Consulado, 32 Bienal de Venecia. En una de las imágenes de la izquierda se puede distinguir la obra de Robert Rauschenberg ‘Bed’ ejecutada en 1955 / Alan R. Solomon papers, Archives of American Art, Smithsonian Institution – ugomulas
El gobierno norteamericano había nombrado comisionado para la Bienal a Alan Solomon, director del Museo Judío, por entonces cliente del poderoso marchante Leo Castelli (de origen judío austro-húngaro). No sorprende, por tanto, que cuatro de los ocho artistas elegidos para Venecia fueran protegidos de Castelli. Rauschenberg era uno de ellos.
Al año siguiente, la vanguardista Green Gallery echa el cierre y Leo Castelli se reúne con su director Richard Bellamy para interesarse por artistas de la galería como Donald Judd, Dan Flavin, Claes Oldenburg, que pasan a su plantilla. Leo Castelli paga a sus artistas, vendan o no, y establece una red de coleccionistas, directores, conservadores de museos entre los que se mueve fluidamente. Al director del MoMA, Alfred H. Barr, le vende obras de sus jóvenes talentos por debajo del precio que habría aceptado la comisión de compras del Museo. Castelli crea tendencia, acapara publicidad y ocupa consejos de administración en los más importantes museos llevando de la mano a sus artistas hacia un grupo social ávido de compra.
Kusama no está en la lista de los elegidos y registra en su diario el dolor de sentirse abandonada por los que hasta entonces había considerado sus compañeros.
“No llamar nunca a Donald (Judd), no llamar a (Frank) Stella, no ir al estudio de Oldenburg”.
1982, comida del 25 aniversario de la Castelli Gallery. Leo Castelli con Ellsworth Kelly, Dan Flavin, Joseph Kosuth, Richard Serra, Lawrence Weiner, Nassos Daphnis, Jasper Johns, Claes Oldenburg, Salvatore Scarpitta, Richard Artschwager, Mia Westerlund Roosen, Cletus Johnson, Keith Sonnier, Andy Warhol, Robert Rauschenberg, Edward Ruscha, James Rosenquist y Robert Barry / Photo: Hans Namuth
En un mundo controlado por hombres, Kusama desconfía de los éxitos conseguidos y empieza a ser consciente de que su trabajo, por mucho que se esfuerce, finalmente no será reconocido.
Kusama decide que el mundo del arte es una farsa, dominado por el narcisismo. ‘Narcissus Garden’ es su respuesta a esa realidad.
Mujer, japonesa, artista. Siempre en los límites, jugando con los límites, vuelve a reinventarse.
Nace la nueva Kusama. Llega la sacerdotisa, la princesa de los lunares. Kusama se traslada, abandona a sus antiguos compañeros y deja su estudio de la 53 E 19th St.
Pasa a compartir estudio con su compatriota el artista On Kawara, en la 1st Av 13th St.
Recibe una beca de la Fundación Rockefeller.
Su salud mejora…
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(*) Las galerías de la 10th Street, un grupo cooperativo de galerías de arte gestionados por artistas, comenzaron sus actividades a principios de 1950 en Nueva York. Mientras las galerías dirigidas por ricos comerciantes de arte como la Janis, Castelli o Levy, estaban situadas a lo largo de la opulenta 57th Street, las galerías de la 10th eran sencillas, pequeñas, sin personal y bastante modestas. Artistas consagrados de la época como De Kooning y Kline, tenían estudios en la zona y su presencia atrajo a artistas más jóvenes donde encontraban espacios baratos y galerías donde exponer. Hasta la llegada de las galerías, el tramo de la 10th entre la 3rd y la 4th Avenida estaba poblada de casas de empeño, salas de billar, talleres de chapa….. La Galería Brata, donde expuso Kusama sus Infinity Nets, fue sede de los primeros recitales de poesía de Jack Kerouac.
Igual que el Greenwich Village de los años 30 y 40, la calle 10 de Manhattan fue en la década de 1950 el lugar de reunión para los jóvenes artistas bohemios que buscaban a sus iguales. Las galerías de la calle 10 se convirtieron en algo más que espacios de arte, eran el centro de toda la vanguardia: instalaciones de arte, happenings, sesiones de jazz improvisadas, lecturas de poesía, performances…. Un lugar de nacimiento de la generación beat de poetas, escritores, músicos, escultores, fotógrafos, pintores que decidieron alejarse de las etiquetas existentes: expresionismo abstracto, impresionismo abstracto, action painting, todos ellos inventos caducos de críticos también caducos.
(**) Stephen Radich, dueño de la galería de arte de Nueva York en el 818 de Madison Avenue, se vio envuelto en un caso legal por la profanación de la bandera americana. En diciembre de 1966, presentó obras de Marc Morrel, un artista poco conocido que incorporaba banderas americanas en sus obras como protesta por la guerra de Vietnam. En una pieza la bandera estaba rellena y colgaba como un cadáver; en otra, la bandera se convirtía en un falo unido a una cruz de dos metros coronada por una mitra de obispo. Radich fue condenado por desprecio a la bandera americana a pagar una multa de 500 $ o una pena de 60 días de cárcel.
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· expo > Yayoi Kusama. Obsesión Infinita . Museo Tamayo, 26Sep 2014 – 18Ene 2015
· expo > Yayoi Kusama, Bronze Pumpkins . Victoria Miro, 16Sep – 19Dec 2014
· expo > Yayoi Kusama . Tate Modern, 9Feb – 5Jun 2012
· expo > Yayoi Kusama rétrospective . Centre Pompidou, 10Oct 2011 – 9Jan 2012
+video> Yayoi Kusama rétrospective at Centre Pompidou vtv
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Próxima entrega
TERCERA PARTE
Yayoi Kusama, y III. Caída y Apoteosis Final
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