Gloria García Lorca. ‘The Whole Depth’, 2009, fragmento. Chapa de hierro esmaltada, 17 x 3,60 m aprox.
En la escultura española contemporánea destaca, de forma muy llamativa, el proceso de construcción de un idioma propio que, con su propia gramática, Gloria García Lorca viene edificando y ampliando desde el inicio de su carrera.
En esta entrega lleva sus piezas más recientes hasta las últimas consecuencias, narraciones visuales encriptadas con los nuevos enigmas de un alfabeto secreto creado por ella misma para nombrar de nuevo y poder así, darle un nuevo nombre, a los fenómenos de la naturaleza, es decir, a los fenómenos de la vida.
Gloria García Lorca. ‘The Whole Depth’, 2009, fragmento. Chapa de hierro esmaltada, 17 x 3,60 m aprox.
Entrar en la galería equivale a recibir una descarga de asombro. The Whole Depth es una escultura de chapa de hierro esmaltado en rojo que penetra en la sala desde el espacio exterior a través de una pared de 17 metros de longitud y casi 4 metros de altura. Construida con cientos de escamas, grandes, medianas y pequeñas, organizadas en secuencias de una precisión musical, sigue un ritmo orgánico, aleteante, un movimiento continuo de luces y sombras que coloca, al espectador, al borde del abismo. Tal es la enorme profundidad del espacio que hay detrás. O que habrá luego. O después. O más adelante. Cualquier momento dado de una marea roja que siguiera, sube y baja, la llamada de un planeta de comportamiento completamente desconocido. O del lento proceso de sedimentación de los recuerdos de un coral imaginario.
Gloria, fiel a sus colores, rojo, blanco, tierra, ha ampliado sin embargo aquí, sin abandonar el horno, su paleta de materiales. Al barro refractario, la resina de poliéster, la cera o la tela de algodón de citas anteriores, añade ahora la chapa de hierro esmaltada, que da peso y autoridad a su trabajo. El plomo, el agua, el espejo, no son más que vocales y consonantes de un alfabeto expandido, un código de declinación infinita que solo Gloria conoce.
Se ve perfectamente en las tres Seeds for a plow -I, II y III– y en Seedbed, quizá más en ésta última. En cualquier caso son todas ellas catas temporales de un mismo proceso, versos de un mismo poema, capítulos de un libro de historia de las historias de la naturaleza. De la naturaleza humana, naturalmente.
Aun estando ya instalada en la tradición de la escultura contemporánea, Gloria sigue produciendo obras maravillosas. Poseer una de ellas es poseer la entrada que abre la puerta al latido ancestral que habita a la vez, a flor de piel y a máxima profundidad, en nosotros mismos.
Tras pasar por Juana Mordó y Juana de Aizpuru, entre otras, Gloria García Lorca expone, por tercera vez en Travesía Cuatro, una de las escasísimas galerías jóvenes españolas que acuden, ya consolidadas, a las ferias internacionales.
Su pintura y escultura figuran en colecciones como la Farideh Cadot en París y la de Barbara Rose en Nueva York, en museos de arte contemporáneo, como Madrid y Cáceres, y fondos de coleccionistas particulares.
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–Huellas del asombro, por Francisco Calvo Serraller 02/01/2010 elpais.com
Etiquetas: Gloria García Lorca, Travesía Cuatro
30 años creando formas grandes, pequeñas, de colores fascinantes, volúmenes que son admirados por ojos que entienden, ojos inocentes y ojos ciegos. ¿Cómo le llegarán a ella esas miradas?
¡Que cosas!