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· Ágatha Ruiz de la Prada: “Arte y moda son casi inseparables”
P: Qué les diría a los detractores de llevar la moda a los museos?
R: Que no se enteran.
(El Cultural, 22-12-2004)
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Ágatha Ruiz de la Prada y Sentmenat, XII marquesa de Castelldosríus, XXIX baronesa de Santa Pau, y Grande de España.
Diseñadora de ropa, zapatos, perfumes, relojes, azulejos, vajillas, papelería, uniformes, escenarios de televisión, medias, gafas, tapicerías, etc, etc, y además…
expone en el IVAM.
“La infancia es sinónimo de color, vitalidad, juegos e imaginación. ¿Cómo no impregnar todo esto en la ropa con la que vestimos a nuestros niños? Si hay una diseñadora experta en combinar colores y formas, no hay duda de que es Ágatha Ruiz de la Prada, diseñadora de moda española, que cursó estudios de Arquitectura y Bellas Artes antes de dedicarse profesionalmente al mundo de la moda y el diseño y cuyas creaciones destacan por la originalidad y atrevimiento de sus propuestas”…
Sigue el texto promocional del IVAM adornado con alegres adjetivos para la “línea expositiva” de la diseñadora, que presenta una “perspectiva novedosa”, llena de “jovialidad” y de “colores vivos”, “divertidos” “sorprendentes”, todo un “universo decorativo” … una terminología propia de un catálogo de ventas aunque, eso sí, trampeando un poco en el currículo (ni es arquitecta ni licenciada en Bellas Artes) y omitiendo el duro y largo enfrentamiento que a propósito del catálogo “Homenaje a artistas” (IVAM, 2004) tuvo lugar con la familia y herederos de Joan Miró hace unos años.
La relación de la diseñadora con el IVAM no es nueva. En 1998 el museo publicó “Boda en el IVAM”, traje de novia con azulejos de Pamesa, (empresa para la que ha realizado varios trabajos) con textos de Kosme de Barañano (entonces director del museo) y en 2004 el catálogo “Ágatha Ruiz de la Prada. Homenaje a artistas”, una «visión» sobre pintores y escultores -Joan Miró, Eduardo Chillida, Scully, Rothko- reinterpretados por la modista en vestidos y objetos, con textos de presentación de Consuelo Ciscar, recién estrenada directora en sustitución de Barañano.
La historia del catálogo-homenaje y el consiguiente enfrentamiento con la familia Miró viene de más atrás. Ya en el año 2000 Agatha Ruiz de la Prada y el periodista Pedro J. Ramírez, asiduos veraneantes de su casa de Mallorca, hicieron un primer intento de convencer a la familia Miró para convertir pinturas y motivos del pintor en vestidos. La respuesta fue rotunda y clara: rechazo absoluto a las intenciones de la modista. Ni estrellas, ni lunas ni soles del creador surrealista podrían aparecer en el vestuario de la diseñadora. De nada sirvieron las gestiones de una amiga relacionada con Chillida, que sí permitió en vida que sus motivos se convirtieran en trajes de Ruiz de la Prada.
Pese a estos antecedentes, y con el veto explícito de la familia Miró, en 2004 el IVAM consintió, con la gestión de Kosme de Barañano, (nombrado por Eduardo Zaplana a sugerencia de Pedro J. Ramírez) la publicación de una veintena de trajes con los diseños ‘inspirados’ en la obra del pintor. La protesta de la familia argumentaba que lejos de hacer un homenaje, la diseñadora había hecho un uso fraudulento de la obra del pintor actuando con menosprecio hacia el artista y sus herederos, apropiándose y banalizando su legado.
Ni respuesta ni rectificación, ni del museo ni de la diseñadora.
A pesar de la prohibición de la familia Miró, el catálogo se sigue vendiendo entre las publicaciones del IVAM y la diseñadora contestaba a las críticas de una original manera:
“El IVAM es la institución de arte contemporáneo más importante del país, el faro de España. Y ha hecho más de lo que se hace en el Reina Sofía….. Considero este catálogo un paso adelante brutal en mi vida y en la historia de la vida española”.
Ni más ni menos.
Agatha Ruiz de la Prada junto a Consuelo Ciscar, en la entrega de los Premios de la Moda y Diseño de la revista Tendencias CV / agatharuizdelaprada 5.06.2012
La exposición actual, que se integra en el programa ¡¡Viva Valencia!!, se ordena por apartados didácticos: Aprender, cuadernos; Jugar, columpios y juegos; Contar, maquetas de desfiles; Explorar, botas y zapatos; Vivir, vestidos.
Y un nuevo catálogo con textos… ¿de quién?.
Ciscar, el IVAM, la moda y otros
Consuelo Ciscar sabe unir moda, arte, peluquería, cocina, famosos….. y catálogos, muchos catálogos que firma concienzudamente.
Exposiciones como la que dedicó al peluquero Tono Sanmartín, creador de la línea de peluquería Stylius para Mercadona y estilista personal de Francisco Camps, del que el peluquero asegura que “tiene un cráneo perfecto para llevar esculpido el pelo corto, además de un cerebro privilegiado».
Y también: «A Sarkozy le hice unos arreglos, es todo un político. Los más difíciles de peinar son quienes se ocultan detrás de la escritura, los periodistas, a veces intocables, son los más sensibles posiblemente porque son los más inseguros”.
El IVAM ofreció al peluquero sus salas en otoño de 2007: “Catorce esculturas del cabello” con el patrocinio de L´Oreal.
En febrero de 2009 el IVAM volvió a conjugar el museo con el mundo de pelo y cedió sus instalaciones a la marca L´Oreal y a Tono, el peluquero, para presentar una gama de productos en el hall del museo con pasarela, alfombra roja, y gran pantalla incluidas.
Y en octubre de 2009 patrocina el evento “A Nigth in Fashion”, la fiesta anual de la moda valenciana a la que acudieron los diseñadores, personalidades del mundo de la política, de la economía y de la cultura, para dar la bienvenida a la Asociada de Honor, Ágatha Ruiz de la Prada.
Directora, instalaciones, salas, personal, publicidad institucional, todo el museo al servicio de diseñadores-artistas para un evento de dudosa idoneidad para un museo público.
A Night in Fashion. La directora del IVAM, Consuelo Ciscar, Ágatha Ruiz de la Prada y la presidenta de Dimova, Dolores Cortés. A la derecha junto al conseller de Inmigración y Ciudadanía, Rafael Blasco / blog.tomasguillen
En febrero de 2012, esta vez los Vips de Valencia acuden a la llamada de Joaquín Torres y su estudio A-Cero que exponen durante cuatro meses en el IVAM. El arquitecto de los famosos, figuras del deporte, espectáculos, finanzas, el arquitecto estrella de la exclusiva urbanización la Finca de Madrid, también encuentra su hueco en el IVAM.
Vips en el IVAM. Izq: Joaquín Torres, Ana García Siñeriz, Alberto Fabra, Rita Barberá y Rafael Llamazares. Dcha: Rafael Llamazares, Consuelo Císcar, Lola Johnson, Alberto Fabra, Rita Barberá y Joaquín Torres / Photo: Damián Torres-lasprovincias
La muestra fue duramente criticada por la oposición que la calificó de “obscenidad social”, “exhibicionismo indecente”, “lujo, derroche, ostentación”.
A lo que Ciscar responde: “Todo es correctísimo administrativamente”.
Bajo un paraguas de fuegos artificiales, pólvora y flashes, la directora del IVAM ha ido tejiendo una urdimbre de contactos, amistades, relaciones, favores, unos más conocidos, otros ocultos al calor de sobremesas, palmaditas en la espalda y apretones de manos.
Para descalificar las críticas, Ciscar declara: “Todo correctísimo administrativamente”
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Etiquetas: Agatha Ruiz de la Prada, Consuelo Ciscar
Independientemente de mi parecer sobre la moda de Agatha Ruiz que ahora no viene al caso (y porque, además, no es mi tema), si querría decir algo sobre la «política cultural» que nuestros «políticos» están llevando a cabo. Después de unos años en los que se abrían museos, salas de exposiciones, centros de cultura, universidades en cada pueblo, y construcciones similares que todo el mundo sabía que iban a ser imposibles de mantener y para las que, en cualquier caso, no había público, ahora estamos en la segunda fase en la que es necesario justificar estos gastos rellenando dichos espacios con actividades pueriles y la mayor parte de las veces descafeinadas. No me cabe la menor duda de que todo sea «correctísimo administrativamente» (faltaría más). El problema es que la cultura es algo más que inventarse actividades inútiles pagadas con nuestro dinero. Es decir, con el dinero público. Parece como si la cultura se redujera al marketing, a la marca (España o Valencia), y la obligatoriedad de atraer a las masas de turistas que se desplazan por todo el planeta de forma absolutamente insostenbible y perversa. Y, mire usted, señor político de turno (o política), la cultura no es turismo. La cultura tiene que ver con otras cosas, con la invención, con la identidad, con el territorio, con la crítica, con la creatividad, con el conocimiento, con la investigación. Bueno, comprendo que esto no es más que un desahogo y que no servirá para nada. Pero es que hay cosas que son inaguantables (y no me refiero al caso concreto de Agatha Ruiz) sobre todo en el contexto de penuria en el que nos movemos en el que se está regateando sobre si se le concede a un alumno sin posibilidades económicas una beca con una media de un 6 o de un 6,5. O si se pretende conseguir una enseñanza de «excelencia» (para que unos pocos destaquen mucho y emigren a USA a los mejores laboratorios) frente a un aumento progresivo del nivel de conocimiento de toda la sociedad. Comprendo que este segundo camino, que constituye, en realidad, la verdadera cultura, sea un camino mucho más lento imposible de programar para un período electoral, pero es el único verdaderamente razonable. ¿Por qué no eliminamos ya a todos estos ineptos y exigimos de una vez elecciones democráticas de verdad con listas abiertas, políticos no profesionales, etc.? ¿Cuánto más vamos a tener que aguantarlos?