En un ambiente bastante desangelado se inauguró ayer la 4ª edición de ArtMadrid.
Todo el mundillo estaba en ARCO con intención de ver y ser visto mientras los príncipes de Asturias, la presidenta y el alcalde de Madrid, rodeados por un enorme servicio de seguridad, inauguraban la feria. Y es que, si la organización no te ha hecho llegar una invitación (es quien las reparte este año) y no estás en ARCO, no eres nadie.
En la otra punta de la ciudad, en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, José Jiménez, director general de Bellas Artes, el consejero de cultura de la comunidad, Santiago Fisas y el coordinador de las Artes del ayuntamiento, Carlos Baztán, hacían, en este caso, los honores.
Desde un Millares por 55.000 euros o un Pat Andrea por 3.500 y así hasta un máximo de 2 millones de euros, se pueden encontrar piezas de Damien Hirst, Warhol, Vasarely, Opie y, al igual que en ARCO, los consabidos Barceló, Chillida, Valdés, Miró, Picasso o Dalí.
Y, todo, es negociable.
Menos estirada, con un montaje menos ambicioso pero muy fácil de recorrer, ArtMadrid atraería más público si no estuviera tan a trasmano. Hay mucha calidad y mucho por descubrir en esta feria que merecería un pabellón en las propias instalaciones de su hermana mayor.
¿un Pat Andrea por 3.500? ¡lo compro!