“El privilegio de ser perro” aúna en los escenarios cuatro monólogos de Juan Diego Botto y Roberto Cossa sobre los estragos de la emigración. Antoine Hertenberger y David Díez, arquitectos responsables de la escenografía de la obra, proponen un diseño cuya base principal es la maleta, símbolo de la partida y la emigración.
Juan Diego Botto es actor, dramaturgo y director teatral.
Antoine Hertenberger y David Díez son arquitectos y también forman parte del estudio multidisciplinar Motocross.
Mª Eugenia Matamala es investigadora teatral.
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El texto.
(...) De repente llegas a un lugar. Tú un ser humano dispuesto a no robar, a no matar, a pagar tus impuestos y te dicen que para hacer eso tienes que tener un papel que te acredite como ser humano permisible (…)
Ruinas, cementerios, países… Lo que podría parecer un todo compacto y fijo va transformándose de mano de los actores con enorme versatilidad: los exteriores se convierten en interiores y las maletas se suman para recrear los despachos que niegan los certificados de “ser humano permisible” .(…) Y aquello que nos identifica y hace diferentes, nuestros recuerdos, nuestras vidas se reducen a un rectángulo de piel que se apila y convierte en número, mercancía o ficha del tetris político.
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