La culpa la tiene el color del logotipo, ese marrón.
De fondo, marrón.
Marrón = caca.
Caca = dinero.
Menudo desliz. ¡Un banco de color caca!
¿A quién se le ocurre?
Se trata, seguro, de un enemigo infiltrado, un agente de la competencia, un retorcido, un quintacolumnista, alguien muy astuto y muy hábil capaz de colar mensajes subliminales para provocar un rechazo inconsciente, el peor posible, en el público. Asco.
Y para completar la paleta, un verde. ¿Un verde, billete verde? Noooo, billete verde noooo, mejor un verde lima, un verde ácido, muy ácido, un verde-amarillo como el color que identifica los contenedores de residuos tóxicos.
Marrón y verde lima. Caca y bilis.
Marrón mierda y verde tóxico.
Perfecto. No se puede decir más con menos, no se puede acertar más.
Pero no, no se trata del golpe de un topo. Forma parte de una estrategia elaborada por toda la escala corporativa. Y la decisión final la tiene el propio presidente, Rodrigo Rato.
Es un proceso, un guión calcado de un capítulo de «Mad Men» del que casi se pueden reconstruir las escenas: reuniones arriba, en la planta noble, mobiliario impresionante, directivos, corbatas de 150 euros.
1. El pedido.
«…que transmita una personalidad fuerte y comprometida, como un banco, y femenina, cercana y protectora, como una gran caja» !!!
2. El encargo.
¿Un concurso? No. No hay tiempo. Deprisa. O sea, ya.
A ver qué agencia, quienes hay, a quienes vemos, ¿quienes hicieron el Santander? (Landor) ¿Y el BBVA? (Brand Union). Y ¿una agencia española? ¿Summa?
Mejor una de estas de branding, mejor una internacional y con experiencia en proyectos grandes. En esto no podemos cagarla. Es un contrato muy gordo. Afecta a todo, desde las corbatas a la decoración de 3.200 sucursales. Una pasta.
Tanteos. Contactos discretos. Llamadas.
Por qué no Gonzalo Brujó que hizo el cambio de Airtel a Vodafone y de Amena a Orange. ¿Le conoces? Está en Interbrand, con Alfredo Fraile, te suena?
3. El nombre.
El Banco Financiero y de Ahorros (BFA), fruto de la agregación de siete cajas de ahorros, inicia un “proyecto de segregación” para transmitir los activos y la actividad a Altae Banco, S.A., a la que se bautizará de nuevo para su salida a bolsa.
Ni ‘Banco Financiero y de Ahorros’ (BFA) ni ‘Altae Banco’ sirven como nombre. Hay que buscar uno nuevo, un nombre más ‘comercial’, una ‘herramienta de neuromarketing‘.
Interbrand, la agencia elegida, llega a considerar hasta 100 nombres para encontrar uno que pueda servir también como marca. Sin logotipo. El logotipo será el nombre, una sola palabra.
Entre 100 posibilidades, ya es mala suerte, se elige Bankia.
Porque ya había dos nombres disponibles. Y porque hubo un Bankia noruego, que ahora está integrado en el grupo Santander, y porque hay un Bankimia, y un Bankoa. Y un Bankinter. Y un Invertia y un Criteria y un Rankia y un Navantia y un Avantia y un Nortia y un Globalia y un Nautalia. Y un Nokia. Y hay un agua Bankia y hasta un café, de Nestlé, que se llama Bonka (y éste si que tiene el color de fondo adecuado).
Tonterías. Meras coincidencias. El nombre queda aprobado.
Bankia S.A. es una entidad financiera constituida con el nombre de Altae Banco, S.A., adoptando su denominación actual (Bankia S.A.) con fecha 17 de mayo de 2011. (Informe de Gestión, junio 2011)
y 4. El nombre-marca.
Una vez acordado el nombre, se construye el logotipo «…con una tipografía diseñada exclusivamente para la marca«.
Por partes:
«Mención especial merecen … la B -que refleja la idea de dimensión y singularidad con un espíritu amistoso, acogedor y dialogante-…«.
¿Dialogante?
Para empezar, el interior se ha vaciado. El interior de la ‘B’ está vacío. Literalmente.
Además, pincha. Tiene dos espinas, una en el pié de la descendente y otra en el espacio interior.
Incluso no parece de la misma familia que el resto, una Joey modificada. El anillo superior se retrasa en exceso con respecto al anillo inferior, y el enlace, muy forzado, termina en ese agudo apuntamiento punzante. Nada «amistoso«.
Y, además, no es «singular«.
La idea no es nueva, véase. Ahí están las ‘bes’ del BBVA o la ‘b’ de BNP Paribas, si es que se trata de transmitir «dimensión«. Eso es dimensión.
Y …»la K -que con su apertura hacia la derecha sugiere expansión, proyección, foco y progreso-»
¿En serio? ¿Se lo creen los ejecutivos?.
¿No ven que a la ‘k’ le han quitado la descendente, que se ha volatilizado?. ¿No ven que los remates residuales de la ‘k’, mas que otra cosa parecen una flecha colocada entre las demás letras?. ¿Y que nada de apertura, ni de expansión, ni de proyección, ni nada, no ven que la flecha «<» señala claramente hacia atrás?.
¿Y el punto de la ‘i’? ¿Dónde está el punto de la ‘i’? También ha desaparecido el punto a la ‘i’. No se sabe si es ‘I’ mayúscula, o si se trata de una «l» acortada, o si la ‘<‘ quiere ser una ‘c’.
Bancla? Bancia?
Aquí no hace falta poner los puntos sobre las íes.
Los presidentes (ver biografías al final) de las siete cajas agrupadas en Bankia presentan la marca / Bankia
Más?
Nos han colado una marca perfecta para un banco tailandés. O pakistaní. Podría parecer una broma, pero, desgraciadamente, no lo es.
La marca es el reflejo simbólico de un fiasco, un agujero de 23.000 millones de euros. Representa el fracaso de una manera pringosa de hacer negocios, toda una élite delictiva que ya no puede ocultar el enorme desprecio con que trata a sus compatriotas y descalifica la capacidad de sus profesionales.
Los hechos les delatan. Han inventado un nombre sin raíces, una marca vulgar de colores repugnantes, con letras con espinas o pinchos. Una marca paleta, que da tanto asco que produce rechazo. Pánico.
¿Y todavía esperamos que hagan bien las cuentas?
«Hazte bankero», decía su publicidad. Querían que compráramos sus acciones. Nos bombardeaban con la marca. Pero ninguno de ellos, fijaros, se pone la corbata marrón -que es corporativa-.
Predican con el ejemplo.
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> Los sueldos de los consejeros elpais.com
>El ‘agujero’ cultural de Bankia. Caja Madrid y Bancaja, la Obra Social, en declive elmundo.es
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(act June 26, 2012
>Spanish Officials Hailed Banks as Crisis Built nytimes.com
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(22-03-2012.
El consejero delegado de Bankia, Francisco Verdú, inauguró hoy una sucursal de la entidad con la nueva imagen que se implantará en sus más de 3.200 sucursales. La entidad ha iniciado ya el proceso de integración de la marca Bankia junto con la de las siete redes que conforman el Grupo y que, a partir de ahora, lucirán sus colores corporativos.
“Hoy damos un paso decisivo en la consolidación del proyecto Bankia, al ofrecer a nuestros más diez millones de clientes unas oficinas más fáciles de identificar, iguales en toda España y con una marca ganadora”, destacó el consejero delegado en la presentación de la nueva sucursal.
“Hoy somos más Bankia que nunca al presentarnos en cualquier punto con una misma imagen, más moderna, más eficiente y más comprometida con nuestros clientes”, añadió Verdú / bankia.com
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(18.05.2012
Los presidentes (ver fotografía arriba) de las siete cajas agrupadas en Bankia / eldiario.es
1. Atilano Soto. Militante del PP desde 1978, desde los tiempos de Alianza Popular. Doctor en Filosofía y licenciado en Sociología. Preside la Caja de Segovia desde 1997 y aún hoy sigue en el cargo. Durante años compatibilizó el puesto con el de presidente de la Diputación de Segovia (1991-2003), presidente de la Federación Regional de Municipios y Provincias de Castilla y León, presidente del Patronato Provincial de Turismo, consejero delegado de la empresa Segovia 21 y unos cuantos cargos más hasta superar la decena. Solo como consejero de BFA, la matriz de Bankia, cobró el año pasado 128.000 euros por trece reuniones, aunque su sueldo total es un misterio. UPyD ha presentado una demanda ante la Fiscalía para aclarar el resto de los salarios y pensiones millonarias que paga –con el dinero de todos– la Caja de Segovia.
2. Agustín González. Militante de Alianza Popular desde 1983. Presidente de Caja Ávila, alcalde de El Barco de Ávila, presidente de la Diputación de Ávila, presidente de ASIDER –la asociación que gestiona los fondos europeos en la zona–, presidente de la mancomunidad de servicios de Barco y Piedrahita, presidente de la Fundación Cultural de Santa Teresa, consejero de la corporación Madrigal y consejero de BFA, entre otras muchas cosas. En total, llegó a acumular 13 cargos simultáneos. En una entrevista, hace unos meses, aseguró que “solo cobra un sueldo como presidente de la Diputación”, lo que después se demostró como falso: solo entre Bankia y Caja de Ávila cobró el año pasado 224.094 euros en dietas, pensiones y remuneraciones varias. Antes de dedicarse a la política, trabajó como maestro en su pueblo. No tiene formación conocida en economía ni en finanzas.
3. José Luis Olivas. Estudió derecho pero apenas ejerció la abogacía. Comenzó su carrera política en la UCD a los 25 años para después pasar al PP. Fue concejal en Valencia, consejero en varias carteras de la Generalitat valenciana con Eduardo Zaplana, secretario general del PP en la región y, en 2002, se convirtió en presidente de la Generalitat tras el nombramiento de Zaplana como ministro de Trabajo. Dejó el puesto a Francisco Camps en 2003 y poco después fue nombrado presidente de Bancaja y del Banco de Valencia –ya quebrado–. Solo en 2011 ganó 1,62 millones de euros como vicepresidente de Bankia.
4. Rodrigo Rato. Militante de AP desde 1979. Es licenciado en derecho en el ICADE y tiene también un máster en administración de empresas en Berkeley (California). Es el único de todos los que aparecen en la foto que tiene formación económica: en 2003, con 53 años y ya como vicepresidente del Gobierno, se doctoró en económicas por la Universidad Complutense. Tras su paso por el Gobierno, fue nombrado director gerente del FMI, un puesto que abandonó, por la puerta de atrás y por motivos aún por explicar, antes de que terminase su mandato. ¿Su sueldo del año pasado? 2,32 millones de euros. Bankia está negociando con él una indemnización de 1,2 millones por la dimisión.
5. Juan Manuel Suárez del Toro. Ingeniero industrial. Presidente de Caja Insular de Canarias y, al mismo tiempo, presidente de Cruz Roja Española desde 1994. ¿Su sueldo en Bankia? 235.000 euros el año pasado.
6. Jaume Boter de Palau. Fue presidente de Caixa Laietana desde 2004 hasta 2011. Antes fue vicepresidente de la caja (desde 1998). Es floricultor y perito agrario de profesión y miembro de varias asociaciones culturales de Mataró.
7. Fernando Beltrán. Presidente de Caja Rioja desde 1995 hasta 2011. Abogado laboralista, experto en expedientes de regulación de empleo y convenios colectivos. Es vocal en varias comisiones de la CEOE. En 2009 fusionó su bufete de abogados con Garrigues.